Rejuntado de piedra y ladrillo con Master Rejunte. Obra, rehabilitación de restaurante, Toledo. Realizado por Artectum No hay gesto más delicado en la construcción que el de rehabilitar sin reemplazar, intervenir sin romper, consolidar sin alterar. Porque cuando se trata de tocar lo antiguo, el respeto debe pesar más que la fuerza. Los muros hablan, y no siempre necesitan ser reconstruidos: a veces basta con comprender su silencio.
En ese terreno —el de la sensibilidad estructural— los morteros de rehabilitación desarrollados por
IBERCAL MORTEROS se han convertido en herramientas esenciales para arquitectos, restauradores y técnicos que entienden que el patrimonio no se protege con prisas ni con productos genéricos.
El
Master Base Pro es el primer gesto: un mortero base formulado para actuar como soporte estable, transpirable y compatible con fábricas antiguas, mamposterías y muros mixtos. Su formulación a base de cal, áridos seleccionados y aditivos minerales sin cemento, le permite ofrecer resistencia sin rigidez, adherencia sin agresividad. Es el cimiento técnico de una rehabilitación bien entendida.
Rehabilitación de muros con Master Base Pro NHL y terminación con pintura de silicato Silex K. Obra, Hammam Al Ándalus, Córdoba Realizado por Contratas de Montemayor ,S.L. Luego llega el
Master Rejunte, la palabra justa entre sillares. Diseñado para rejuntar fábricas de piedra y ladrillo en procesos de restauración, este mortero equilibra la estética y la resistencia mecánica, manteniendo la porosidad necesaria para no alterar el comportamiento higrotérmico del conjunto. No sella: acompaña. No tapa: embellece.
Estos materiales han sido aplicados en proyectos de recuperación patrimonial por toda la península: cascos históricos, monasterios, viviendas rurales o incluso entornos urbanos donde el ladrillo tradicional ha vuelto a escena. Obras en diversos puntos de la geografia han contado con estos productos en procesos que van más allá de la simple reparación: se trata de tejer continuidad con los siglos pasados, respetando los matices de color, textura y tacto.
Porque rehabilitar no es volver a dejarlo nuevo. Es aceptar que el paso del tiempo deja cicatrices que pueden curarse, pero no deben ocultarse. Y para eso, hacen falta
morteros como los de IBERCAL MORTEROS: capaces de entender que, en arquitectura, lo esencial no siempre se ve, pero siempre se siente.