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    9 Jun '25

    El uso de ensayos a gran escala no basta para garantizar la seguridad contra incendios en edificios de alto riesgo

    El Observatorio de Nuevos Riesgos de Incendio reclama en un documento técnico el uso de materiales incombustibles en fachadas y alerta sobre la necesidad de reforzar el CTE en su próxima revisión para limitar productos combustibles

    En pleno auge de la rehabilitación energética para avanzar hacia la descarbonización, acordada por Europa, del parque ya edificado, el Observatorio de Nuevos Riesgos de Incendio (OBS) ha publicado un nuevo documento de posición que advierte sobre un problema potencial: los denominados como ensayos a gran escala no ofrecen las garantías necesarias para evaluar la seguridad frente al fuego en edificios de gran altura o alto riesgo, donde la protección debería ser máxima.

    Actualmente, en el proceso de construcción, rehabilitación y mejora energética, se están utilizando materiales combustibles en soluciones constructivas en fachadas independientemente de su altura. Aunque estos sistemas son eficaces desde el punto de vista térmico, su comportamiento frente al fuego puede tener efectos indeseados, especialmente en edificios de altura superior a 18 metros, en aquellos donde la evacuación es lenta o dificultosa por el perfil de sus ocupantes (hospitales, escuelas, residencias de ancianos, etc.), donde se puedan dar una alta concentración de personas o existe un acceso limitado para la actuación de los bomberos.

    Lecciones que no se pueden ignorar: el caso Grenfell

    La experiencia reciente demuestra que los ensayos a gran escala, que algunos agentes del sector promueven como vía para validar soluciones constructivas, no son un método fiable ni suficiente para garantizar la seguridad real. Así lo dejó claro la investigación pública del incendio de la Torre Grenfell (Londres, 2017), donde murieron 72 personas. La comisión de investigación concluyó que los ensayos a gran escala no replican de forma representativa las condiciones reales de un edificio y pueden ofrecer resultados engañosos o poco fiables si se utilizan como único criterio de evaluación.

    El documento del OBS, alineado con el informe de dicha Comisión, identifica varias debilidades de estos ensayos:

    Información limitada sobre aspectos críticos: un sistema que supere el ensayo podría permitir en la práctica una propagación demasiado rápida como para garantizar la seguridad de los ocupantes.
    Resultados engañosos: si la puesta en obra no refleja fielmente el sistema ensayado, el comportamiento real del edificio en caso de incendio no se corresponderá con los resultados del ensayo.
    Escasa fiabilidad: pequeñas diferencias en materiales o ejecución pueden cambiar completamente el comportamiento frente al fuego del conjunto
    Ausencia de representatividad: la escala de la muestra, la duración de la prueba o las condiciones del entorno no reflejan la complejidad de un incendio real.

    Una regulación que necesita avanzar

    El uso de materiales no combustibles en las fachadas es hoy por hoy la mejor garantía de seguridad en edificios de alto riesgo o gran altura. Un material que no puede arder actúa como barrera física, limita la propagación del fuego y reduce la emisión de humos, incluso tóxicos, que dificultan la evacuación. En definitiva, crea la diferencia entre un incendio en un edificio y un edificio incendiado.

    El OBS subraya que la actual reglamentación española sigue permitiendo el uso de sistemas y componentes combustibles, incluso en este tipo de edificios, algo que ya se ha restringido en otros países europeos, lo que nos coloca a la cola de Europa por lo que se refiere a la seguridad edificatoria. Incorporar los ensayos a gran escala como alternativa podría proporcionar, -tanto a proyectistas como a usuarios, una falsa sensación de seguridad y no solucionaría el problema de base.

    La revisión en curso del Código Técnico de la Edificación (CTE), y en particular del Documento Básico de Seguridad en caso de Incendio (DB-SI), es una oportunidad clave para corregir esta situación. Se trata de garantizar que los objetivos de sostenibilidad y eficiencia energética no se alcancen menoscabando la seguridad de personas y bienes.

    "La seguridad en nuestros edificios no puede depender de unas pruebas de laboratorio que no replican las condiciones reales de un incendio, máxime si no existe ningún consenso sobre la fiabilidad de las existentes", señala Andrés Pedreira, director del OBS, quién concluye: "No necesitamos ensayos a gran escala que resultarían caros, creando barreras de mercado a pequeños fabricantes, e incluso con resultados poco fiables. Hoy tenemos soluciones técnicas que permiten rehabilitar con eficiencia y sin poner en riesgo vidas".
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