Pabellón de España para la Exposición Universal de Osaka 2025. Foto: @archexist El 13 de abril dio comienzo la Exposición Universal de 2025 que, bajo el lema ‘Diseñar la sociedad del futuro para nuestras vidas’, reúne en
Osaka, Japón a cerca de 160 países. Ubicado en la isla artificial de Yumeshima, el recinto ferial está organizado como una densa trama urbana donde la mayor parte de las construcciones quedan circundadas por una inmensa estructura anular de madera, obra de Sou Fujimoto Architects: el Grand Ring, en cuyo interior se alojan las principales secciones nacionales de la cita.
La participación española puede visitarse en el pabellón que firman conjuntamente
EXTUDIO, ENORME Studio y Smart & Green Design , fruto de un concurso organizado por
Acción Cultural Española bajo el lema "La corriente de Kuroshio". El océano es el hilo conductor de la narración con que España ha decidido presentarse durante la Exposición: un elemento alusivo a la identidad nacional pero también símbolo universal y uno de los recursos más importantes del planeta.
En sus
3.500 metros cuadrados , el pabellón de España ofrece a los visitantes una singular experiencia arquitectónica y expositiva, además de funcionar como escaparate de la innovación, la cultura y el tejido productivo del país. Durante seis meses, empresas, entidades regionales y otras instituciones utilizarán sus espacios para mantener encuentros, presentaciones y foros. La arquitectura se convierte así en una herramienta estratégica de visibilidad internacional.
El Pabellón de España es capaz de unir el sabor local con una experiencia colectiva y de proyección global, donde cualquier visitante se sienta acogido. Además, pone en valor uno de los lazos históricos entre España y Japón: desde que en el siglo XVI el navegante guipuzcoano Andrés de Urdaneta estableciera un próspero itinerario comercial y cultural entre el archipiélago nipón y el virreinato de Nueva España, a través de la
corriente de Kuroshio , que fluye por el Pacífico Norte. Este legado histórico inspira y da sentido al lema del pabellón.
El vínculo compartido lo reafirma
el segundo emblema de la propuesta, el sol , presente en la cultura nipona tanto como en la española, y que en su viaje de levante a poniente conecta los dos extremos del mundo. Como un reflejo recortado en el agua, la imagen del astro sirve para caracterizar el umbral que separa el acceso del interior del pabellón.
Pabellón de España para la Exposición Universal de Osaka 2025. Foto: @archexist Una plaza mediterránea A diferencia de otros pabellones que apuestan por fachadas imponentes, el Pabellón de España propone una arquitectura abierta y acogedora. Se presenta como un paisaje que recibe al visitante con un gran vacío frontal: una plaza inspirada en el espíritu mediterráneo, que invita al juego, al descanso y al encuentro.
«Queríamos que la gente pudiera sentarse, descansar, encontrarse… casi como estar a la orilla del mar», apunta el equipo de diseño.
Tras un suave escalonado que simula el oleaje del mar se asciende hasta la antesala de la exposición; la plaza del sol, presidida una pantalla led que ofrece siete piezas de videoarte que recurren a la simbología del sol, su papel para entender el equilibrio de nuestro planeta, y su fuerza como detonante de imaginarios en torno a un futuro más sostenible. Tras esta "fachada digital", la propuesta expositiva propone un recorrido en rampa con una suave pendiente en descenso, como haríamos al bucear. Envuelto en tonos ultramar, este trayecto simula una inmersión en las profundidades marinas y conduce a los visitantes hasta la salida, donde se encuentran la sala polivalente, la tienda y un restaurante cuyo menú pone el foco en los productos del mar. La salida, situada a pie de calle y en conexión con el Grand Ring, los colores se vuelven más vivos y una instalación audiovisual panorámica muestra imágenes asociadas al carácter vivaz y festivo de España y sus gentes, en una celebración de retorno a la luz.
Sostenibilidad y circularidad La edición de la Exposición Universal de Osaka será la primera sin dejar un legado en la ciudad, ya que todas las construcciones tendrán que desmantelarse para que la isla recupere su función portuaria una vez finalice la muestra. Por este motivo, el pabellón se concibe como un ejemplo de circularidad donde, como sucede en los océanos, no existe el concepto de residuo y cualquier recurso tiene prevista una segunda vida. Todo ha sido diseñado con la mirada puesta en su posterior desmontaje y posible reutilización, ya sea para reconstruirse en otros emplazamientos o para su regreso a la cadena de producción.
El sistema constructivo apuesta por materiales naturales y de proximidad como la madera de cedro rojo japonés, por uniones sencillas ensambladas en seco y por el manejo de un único elemento para resolver distintos escenarios. De este modo, la madera se emplea en toda la estructura de pórticos, compuestos por un doble pilar en cada extremo y vigas en forma de T, que se repiten hasta cuarenta veces con distintas alturas para dar forma a los sucesivos volúmenes interiores del pabellón.
La elección del material facilita su montaje y aligera el peso de la estructura para simplificar la cimentación en el terreno de la isla artificial. Así, el edificio tiene una huella medioambiental casi nula que, como el propio ciclo del agua, ejemplifica un proceso continuo que prevé la reutilización futura de sus componentes, así como la incorporación de material reciclado.
En este proceso, el equipo de arquitectura ha colaborado con expertos artesanos, como Cerámica Cumella en el diseño de las piezas coloreadas de la fachada u Ondarreta que incorpora mobiliario fabricado a partir de maderas certificadas y tejidos reciclados. Asimismo, para definir las directrices sostenibles se ha contado con empresas especializas en gestión de residuos: CoCircular, cuya asesoría ha guiado todo el proceso de diseño; y los fabricantes Honext y Gravity Waves, que han suministrado respectivamente paneles de compartimentación fabricados con papel reciclado y revestimientos interiores de plástico procedente de redes de pesca.
Pabellón de España para la Exposición Universal de Osaka 2025. Foto: @archexist La experiencia del visitante La arquitectura del pabellón evoca tanto al océano como un sol reflejado en él. Ambos, los recursos más importantes del planeta y símbolos universales hacen referencia, por un lado, a cierta identidad nacional, la que España posee por su condición de península mediterránea y por su particular manera de entender la vida. No obstante, también se alude a una identidad colectiva y global, que hace que cualquier visitante de la Exposición Universal pueda sentirse identificado con la propuesta. Estos mismos recursos se han utilizado en el diseño de la identidad y el logo oficial de España bajo una dirección de arte que unifica arquitectura, exposición y marca.
La experiencia del visitante se divide en cuatro espacios:
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La plaza del sol: representada por el astro reflejado en el agua, se trata de una zona de espera animada por un montaje audiovisual y espectáculos en directo.
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Corrientes hacia el futuro: como en una inmersión a las profundidades marinas, el interior del pabellón se modela a través de instalaciones audiovisuales junto a diferentes dispositivos que abordan la economía azul y la relación de España con el mar.
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Greetings from Spain: una experiencia inmersiva pone fin al viaje mostrando el carácter festivo y colorido de los paisajes y costumbres nacionales.
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Una España diversa: un paseo que refleja la riqueza territorial del país.
1. La plaza del sol La zona de espera se dispone a la manera de una plaza española: un lugar bañado por el sol simbólico donde el tránsito de personas confluye con un espacio cotidiano y comunitario. Para realzar ese carácter invitador, una pantalla led de gran formato muestra piezas audiovisuales de artistas comprometidos con la sostenibilidad y la Agenda 2030, creadas para la ocasión. Además, un escenario alberga actuaciones
diariamente, como introducción a un estilo de vida animado y cercano.
2. Corrientes hacia el futuro El concepto del pabellón se inspira en la
corriente de Kuroshio o de tornaviaje , un flujo natural que, desde su descubrimiento en el siglo XVI, permitió establecer una vía de intercambios económicos y culturales entre el Lejano Oriente y las colonias españolas en América.
3. Greetings from Spain Tocado el fondo, el visitante vuelve a la superficie en busca de la luz, y por ello el pabellón concluye con una instalación que presenta España como un país vitalista, creativo y amable a través de un diálogo audiovisual entre postales, el medio tradicional para compartir la experiencia del viaje con quienes quedan lejos, y la actual práctica del selfi, una propuesta que reflexiona en torno a las prácticas del turismo de masas y su impacto en el medio ambiente. La experiencia inmersiva invita a los asistentes a asomarse al país y a sus principales manifestaciones culturales.
4. Una España diversa La salida se plantea como una zona de paso que conduce a la tienda, al restaurante y a las salas polivalentes; un espacio amplio que, por su conexión directa con el Grand Ring, puede funcionar como entrada alternativa a la exposición. En él se instala una pantalla led que ofrece aproximaciones más detalladas a la realidad de cada una de las diecisiete comunidades autónomas de España.