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    13 May '25

    Contaminación lumínica: un reto ambiental y cultural en el diseño de la iluminación exterior

    Campus ATP inicia su ciclo divulgativo con un análisis técnico sobre las causas, consecuencias y soluciones para reducir el impacto de la luz artificial, preservando el cielo nocturno sin comprometer la seguridad ni la eficiencia

    El control de la contaminación lumínica pasa por contar con un proyecto de alumbrado exterior a medida que ofrezca seguridad y comodidad, y garantice, a la vez, la oscuridad del cielo nocturno. Foto: Siurana, zona protegida E1, iluminada por ATP.
    ATP Iluminación inaugura Campus ATP con un tema clave para el futuro de la iluminación exterior: la contaminación lumínica. Más allá de la pérdida estética y patrimonial de un cielo estrellado, este fenómeno tiene consecuencias directas sobre la biodiversidad, la salud humana y el consumo energético de nuestras ciudades.

    El fenómeno de la contaminación lumínica se debe a tres factores: exceso de potencia de las luminarias, el resplandor luminoso ocasionado por el reflejo en el suelo, y el porcentaje de componente espectral azul de la fuente luminosa.
    La contaminación lumínica se produce cuando la luz artificial, en lugar de concentrarse en las áreas que necesita iluminar, se dispersa y difunde hacia el cielo nocturno. Esta dispersión puede deberse a varios factores: un exceso de potencia en las luminarias, el rebote de la luz en superficies como el suelo o el uso de fuentes de luz con un elevado contenido en longitudes de onda azul.

    Una planificación deficiente de los proyectos de alumbrado puede acentuar todos estos efectos, generando el resplandor característico que hoy es visible a kilómetros de distancia de cualquier núcleo urbano.

    Ejemplos de dispersión de la luz hacia el cielo en instalaciones de alumbrado exterior.
    Causas técnicas y vías de control

    Uno de los principales responsables de la contaminación lumínica es el exceso de potencia: luminarias sobredimensionadas que emiten más luz de la necesaria, creando diseminación hacia zonas no deseadas y desperdicio energético.

    A la izquierda, un proyecto personalizado y correctamente dimensionado. A la derecha, un ejemplo de diseño lumínico deficiente, con baja uniformidad, sobreiluminación y resplandor luminoso.
    Otro factor importante es el resplandor luminoso. Cuando la luz incide directamente sobre el suelo, parte de esa energía se refleja hacia la atmósfera, intensificando la contaminación incluso si las luminarias están correctamente orientadas.

    Además, el diseño lumínico de la propia luminaria desempeña un papel esencial. Aunque la tecnología LED permite direccionar la luz con gran eficacia, luminarias con diseños deficientes o mal orientadas pueden emitir un flujo considerable hacia el hemisferio superior (FHS), contribuyendo así al deterioro de la calidad del cielo nocturno. El control estricto de este parámetro es fundamental en proyectos que buscan proteger el entorno astronómico.

    Dos luminarias de distintos fabricantes con la misma temperatura de color cálida pueden tener diferentes cantidades de azul en su radiancia espectral.
    La temperatura de color es otro elemento crítico. Las fuentes de luz fría —por encima de los 3000 K— contienen una mayor proporción de longitudes de onda azul, que se dispersan más fácilmente en el aire. En cambio, las temperaturas de color ultracálidas, inferiores a los 2700 K, reducen notablemente esta diseminación.

    La Torre de Fontaubella, municipio iluminado por ATP, goza de la categoría de Destino Starlight, por lo que su alumbrado debe cumplir con rigurosos criterios de protección del cielo nocturno.
    No obstante, la temperatura de color no basta por sí sola: dos luminarias con el mismo valor nominal pueden diferir significativamente en su radiancia espectral. Consultar estos datos —especialmente en las longitudes de onda por debajo de 500 nm— resulta esencial para un diseño lumínico verdaderamente responsable.

    Panorámica de Jarque de la Val (Teruel), iluminado con un proyecto a medida en PC Ámbar con ópticas y potencias personalizadas.
    Soluciones técnicas eficaces

    Controlar la contaminación lumínica no consiste únicamente en reducir lúmenes. Exige un diseño de iluminación preciso y adaptado a cada entorno.

    La combinación de ópticas personalizadas, que direccionan la luz exactamente donde se necesita, junto con niveles lumínicos optimizados, permite minimizar el flujo al hemisferio superior. La elección de LED de temperatura ultracálida, con bajo componente azul en su radiancia espectral, y la implementación de sistemas de regulación inteligente refuerzan aún más este control, ajustando el alumbrado a las necesidades reales de uso a lo largo de la noche.

    Proyecto de ATP en Colldejou, ubicado a tan solo 7 kilómetros del área protegida del Parque Natural del Montsant.
    Más allá de la técnica: el valor del cielo nocturno

    La dimensión cultural de la contaminación lumínica es igualmente crítica: perder el cielo estrellado significa perder parte de nuestro patrimonio común. Iniciativas como la certificación Starlight han puesto de relieve la importancia de proteger este recurso, impulsando un turismo astronómico sostenible y fomentando proyectos de alumbrado respetuosos.

    Panorámica de Torre de Fontaubella, iluminado por ATP Iluminación con LED PC Ámbar.
    Municipios como Jarque de la Val y Siurana han demostrado que es posible conjugar seguridad, eficiencia y protección ambiental a través de soluciones específicas, como el uso de temperaturas ultracálidas y ópticas diseñadas para reducir el flujo al hemisferio superior.

    Asimismo, las intervenciones realizadas por ATP en el Valle de Tena —incluyendo localidades como Panticosa, Sallent de Gállego y Escarrilla— han sido ejecutadas conforme a estrictos criterios Starlight, garantizando cielos nocturnos de alta calidad sin renunciar al confort y la seguridad de los habitantes.

    Vista nocturna de Panticosa, una de las localidades del Valle de Tena, en el Pirineo aragonés, iluminadas por ATP con arreglo a estrictos criterios Starlight para proteger el cielo nocturno.
    Un hito especialmente significativo fue la renovación del alumbrado en Villanúa, donde el proyecto desarrollado por ATP no solo mejoró la eficiencia energética y redujo de forma notable la contaminación lumínica, sino que también fue reconocido internacionalmente con un LIT Design Award, uno de los galardones más prestigiosos del sector de la iluminación.

    Villanúa, donde el proyecto de alumbrado exterior desarrollado por ATP Iluminación fue reconocido con un LIT Design Award por su eficiencia energética y su respeto por el cielo nocturno.
    Estos ejemplos avalan el compromiso de ATP Iluminación con un diseño técnico adaptado a entornos sensibles, demostrando que, con rigor y visión de sostenibilidad, es posible iluminar las ciudades respetando uno de los patrimonios más valiosos de la humanidad: el cielo nocturno.

    Campus ATP es la nueva sección técnica de ATP Iluminación, orientada a compartir conocimiento sobre alumbrado exterior eficiente, sostenible y respetuoso con el cielo nocturno.
    Visión a largo plazo para un alumbrado responsable

    Iluminar bien no es solo una cuestión de cantidad de luz, sino de calidad, orientación y conciencia. Desde Campus ATP, seguirán explorando conceptos clave para construir ciudades más habitables, sostenibles y respetuosas con nuestro entorno natural.

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