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    31 Oct '24

    Durabilidad del SATE: el papel clave de la capa de armadura en la resistencia mecánica

    Anfapa explica cómo una colocación precisa de mortero y mallas de refuerzo en el SATE permite absorber tensiones, mejorar la estabilidad y evitar defectos en el acabado final

    El Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) se ha consolidado como una solución eficaz para mejorar el rendimiento energético de los edificios. Sin embargo, su eficacia no solo radica en las propiedades de los materiales aislantes, sino también en los componentes que garantizan la durabilidad y resistencia mecánica del sistema.

    En este contexto, la capa de armadura juega un papel crucial y contribuye a mejorar las características mecánicas de los morteros de refuerzo y a absorber las tensiones que puedan generarse entre las placas de aislamiento.

    Una vez colocadas las placas de aislamiento y realizadas las esquinas se pasa a aplicar directamente sobre ellas el mortero de base con un espesor definido por el fabricante.

    Esta capa de refuerzo y alisado se denomina capa base, puede extenderse con llana o con máquina de proyectar y es la que proporciona la mayor parte de las prestaciones mecánicas.

    Mientras está fresca la capa base, se coloca la malla cuyo tejido debe penetrar mediante presión sobre la primera capa de mortero fresco; se coloca ejerciendo presión para que quede embebida y sin pliegues.

    El adhesivo empleado para fijar las placas aislantes puede también emplearse para el recubrimiento de estas, en cuyo caso se realiza en dos manos.

    NUNCA DEBE DE COLOCARSE LA MALLA ANTES DE LA CAPA BASE.

    El espesor de mortero recomendado para la capa de armadura estará en función del tipo de aislamiento; en todo caso, la malla siempre ha de quedar integrada entre las dos capas de mortero.

    Para su correcta colocación, en los tramos contiguos la malla deberá solaparse un mínimo de 10 cm.

    Después de la primera capa de mortero, se aplicará una segunda capa que cubra completamente la malla de fibra de vidrio (normal o de zócalo). El espesor aproximado de las dos capas será igual o superior a 3 mm.

    Cubrición insuficiente de la malla de refuerzo.
    Según el acabado deseado transcurrido un tiempo de espera, con el fin de dejar la superficie lo más lisa posible, se pasa por todo la superficie una esponja humedecida o fratás fino.

    Con ello se evita la formación de texturas con un relieve que pueda transmitirse al revestimiento final.

    Una vez seco el mortero, realizar un control con regla de 2 m admitiendo una desviación absoluta máxima de 5 mm, intensificar el control en las zonas de solape de malla. De no cumplirse la desviación admisible, se puede aplicar una segunda capa de nivelación.

    La capa de armadura mejora las prestaciones del SATE, y contribuye a mejorar las características mecánicas de los morteros de refuerzo y a absorber las tensiones que puedan generarse entre las placas de aislamiento.

    Colocación de mallas en huecos de fachada

    En todos los ángulos correspondientes a los huecos de fachada, la malla debe colocarse con una inclinación de 45º.

    En conclusión, la aplicación correcta de la capa de armadura es esencial para mejorar la resistencia mecánica y durabilidad del SATE. El uso adecuado de las mallas de refuerzo y el control del espesor del mortero aseguran un sistema robusto y eficiente, capaz de absorber tensiones y evitar defectos en el acabado final.
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