Las paredes y superficies de depósitos, tanques, cisternas de transporte, cubetos de retención, balsas, reactores, aljibes y otras clases de equipo, pueden ser recubiertas con estratificados de poliéster para mejorar sus cualidades funcionales, repararlos o simplemente ponerlos en uso.
La aplicación de estos recubrimientos puede hacerse sobre las más diversas superficies, como puedan ser: acero, cemento, madera, aluminio, etc, a condición de que éstos no muestren trazas de humedad o grasa.
El personal especializado de AIQSA se persona "in situ" para hacer los trabajos , si se trata de instalaciones inamovibles o de difícil transporte, o bien efectúa los recubrimientos en sus propias instalaciones.
Los recubrimientos de poliéster reforzado, aportan las cualidades de estos materiales, que ya hemos mencionado anteriormente y que no repetiremos aquí, pero además las siguientes:
- Estanqueidad, incluso aplicado a depósitos que presentan fugas y grietas iniciales.
- Elasticidad, absorviendo movimientos de obra (hormigón) y dilataciones de sustrato (hierro metales).
- Adherencia, sobre cualquier clase de superficie.
- Moldeabilidad, adaptándose a no importa que forma deba recubrirse.
- Resistencia mecánica a las tensiones y a la abrasión.
- Resistencia química a la corrosión por agentes químicos.
- No contaminante, adecuado para aplicaciones alimentarias.
En función de las condiciones de utilización, diferenciamos dos tipos de recubrimientos básicos:
- QUÍMICO: Para el que se emplean resinas bisfenólicas o de vinil-éster y refuerzo de vidrio, o sintético específico.
- ALIMENTARIO: Usando en este caso resinas de tipo isoftálico, homologadas para aplicación alimentaria.
En ambos casos el espesor y número de capas a aplicar dependerá de las condiciones de trabajo, tamaño, etc.
Si las condiciones de trabajo no permiten aplicar el recubrimiento en PRFV,
AIQSA puede efectuarlo en otros plásticos anteriormente mencionados , como PP, PVC, PEHD, PVDF, ECTFE,...., etc., estudiando su uso en función de las condiciones de servicio.