En
línea con la Estrategia de Sostenibilidad del Grupo ,
SIKA España se ha comprometido para 2023 a la reducción de un 15% en la generación de residuos por tonelada vendida, y a incrementar hasta un 25% frente al total, el residuo destinado a su reutilización.
Para conseguirlo, la compañía se ha propuesto continuar con su política medioambiental que sitúa el reciclaje como la elección inteligente en todos los procesos de producción. "En SIKA, y dentro del agenda corporativa de sostenibilidad 2020-2023, estamos trabajando intensamente por dotar de contenido la regla de las tres R: Reciclar, reducir y reutilizar nuestros productos para generar el menor número de residuos, disminuir las emisiones y contribuir a la lucha contra el cambio climático", afirma
Carlos Fortes , Quality Assurance Manager de SIKA.
Especialmente representativos son los datos de la reducción de residuos peligrosos y no peligrosos generados en la
planta que SIKA España tiene en Alcobendas (Madrid) , una de las más características de Europa.
En la planta madrileña, la utilización de residuos peligrosos ha descendido exponencialmente en 2020 en comparación con 2019. Así, el aceite usado y los ácidos inorgánicos se han reducido un 100%. Mientras, el uso de adhesivos de resinas y masillas ha decrecido en un 94% y las resinas obsoletas en un 59%.
No obstante, lo más destacable es la reducción del residuo licor madre, que puede provenir de aditivos caducados o de algunas aguas de limpieza, sobre todo de las líneas de fabricación de pinturas. "Descubrimos que estas aguas tenían un bajo contenido de sólidos y que se podían tratar en la planta de tratamiento de aguas de proceso de la fábrica. De esta manera se han reducido en un 37%, siendo el residuo que más pesa en el global", argumenta
Fortes .
En cuanto a los residuos no peligrosos, estos se han reducido en un 65% con respecto a 2019. Destaca entre ellos el residuo escombro, que ha descendido un 48% debido a una mejor optimización de las limpiezas de las mezcladoras de morteros. "Este residuo procede en un 40% de la arena que se usa para la limpieza de las mezcladoras. Gracias a la optimización de la programación de las fabricaciones se ha evitado que haya que cambiar constantemente de producto y, por lo tanto, se ha minimizado el número de limpiezas y la cantidad de residuo generado", destaca
Carlos Fortes .
También en la planta de Alcobendas se ha reducido la cantidad de residuos de madera (-60%), papel y cartón (-98%) y plásticos (-70%). Esto ha sido posible por una mejor utilización del film retráctil (plásticos), la reutilización interna de palets de materias primas para la preparación de residuos que salen de la fábrica (madera) y una reutilización interna del cartón que viene en los palets de envases.
"Con estos avances contrastados, damos pasos importantes para compensar la huella de carbono que se generan con la fabricación, almacenaje, transporte y puesta en obra de nuestras soluciones. Pensando en la economía circular, tan valorada en la actualidad, ponemos el foco en que, a lo largo de la vida útil de nuestros productos, ahorrarán mucha más energía y emisiones que las empleadas durante este proceso", concluye
Carlos Fortes , Quality Assurance Manager de SIKA.