Los hogares españoles parecen haberse resignado a convivir con el ruido. De hecho, cuatro de cada diez reconoce que incluso evita descargar la cisterna por la noche para no alterar la tranquilidad de todo el vecindario, según datos de
Geberit , especialista en tecnología para el baño, hechos públicos con motivo del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido.
Y es que aunque no se habla de la importancia del confort acústico y a menudo nos adaptamos tratando de ignorarlo, lo cierto es que nadie es inmune a este molesto inquilino, que provoca estrés, alteraciones del sueño e incluso trastornos cognitivos. Tanto es así que la Organización Mundial de la Salud lo considera el segundo mayor problema medioambiental de Europa, por detrás de la contaminación.
Ante esta situación, no es de extrañar que la tecnología se haya propuesto mejorar la calidad de vida de las personas, con la puesta en marcha de soluciones que permitan bajar decibelios, promoviendo además un cambio de paradigma en uno de los puntos más críticos del hogar, como es el baño. De hecho, el 10% de los ruidos que se generan en una casa procede de la cisterna del inodoro.
Para luchar contra ello, se han desarrollado soluciones que esconden la tecnología detrás de la pared. Así, al empotrar la cisterna y emplear sistemas de aislamiento acústico que evitan la propagación del sonido por la estructura sólida del inodoro, se consigue ahogar los molestos ruidos que genera.
Según el director de Marketing de Geberit,
Alfredo Cabezas : "En un contexto como este es necesario que se otorgue una mayor importancia al confort acústico. Las normativas deberían ser mucho más exigentes al respecto para que todos los edificios, tanto nuevos como rehabilitados, lo garantizaran. Mientras esto llega, impulsamos la evolución del concepto tradicional de cuarto de baño para concienciar de que no hay que resignarse, que se puede tener un baño mejor y que un baño que mejore la calidad de vida de las personas es posible".