Como materia prima, la roca es un recurso natural abundante y renovable que ofrece la oportunidad de crear productos que aceleren el progreso hacia un futuro más saludable y con menos emisiones de carbono
La tierra produce 38.000 veces más roca cada año a través de la actividad volcánica y oceánica que la que se utiliza para fabricar lana de roca
Lograr un equilibrio entre el ritmo de la actual vida urbana, el bienestar humano y la sostenibilidad ambiental presenta muchos desafíos.
Según la Agencia Internacional de Energía, la intensidad energética por metro cuadrado del sector de la construcción necesita mejorar un 30% de aquí a 2030 para cumplir los objetivos climáticos de París. Esto requerirá casi duplicar el rendimiento energético actual de los edificios y significa que los edificios de consumo de energía casi nulo (nZEB, por sus siglas en inglés) necesitan convertirse en el standard global en la próxima década. Al mismo tiempo, surge una clara necesidad de invertir en la renovación energética de los edificios existentes.
"La rehabilitación de 350.000 viviendas al año hasta 2050 es necesaria para conseguir los objetivos ambientales a los que España está obligada. Se trata de una intervención que se debería realizar de forma ambiciosa y profunda, adaptando edificios para que consuman una energía casi nula, teniendo en cuenta de forma prioritaria la mejora de la envolvente térmica e incorporando la generación de energía a través de fuentes de origen renovable", afirma
Albert Grau , Public Affairs Officer de ROCKWOOL Peninsular.
De las distintas acciones que se pueden tomar para reducir el consumo de energía y las emisiones de CO2 en el sector de la construcción, la reducción de la demanda de energía en los edificios supone la estrategia más rentable. De hecho, los edificios tienen un 70% más de potencial de reducción de costes que cualquier otro sector.
"Hoy en día, contamos con soluciones de eficiencia que nos permiten construir nuevos edificios con parámetros de consumo de energía casi nulos e incluso modernizar los existentes hasta reducir su consumo de energía entre un 50 y un 90%. Ningún otro sector tiene la capacidad para lograr este cambio hacia un modelo sostenible y respetuoso con el medio ambiente a través de tecnología existente y probada", señala
Pedro Luis Fernández-Cano , Business Unit Director de ROCKWOOL Peninsular.
Las
soluciones ROCKWOOL , basadas en lana de roca contribuyen a acelerar el progreso hacia un futuro más saludable y con menos emisiones de carbono. El aislamiento de lana de roca, los paneles de techo y los sistemas de revestimiento facilitan la creación de edificios energéticamente eficientes con un alto confort térmico y proporcionan un rendimiento acústico superior con un material reciclable, duradero y no tóxico.
Alrededor del 97% del parque inmobiliario de la Unión Europea, que asciende a más de 30 mil millones de metros cuadrados, se considera ineficiente desde el punto de vista energético. Entre el 75 y el 85% de este stock seguirá en uso en 2050. Por el contrario, sabemos que las soluciones de aislamiento para edificios basadas en lana de roca generan un ahorro equivalente al 5% del consumo anual de energía de la UE.
"Si queremos cumplir con los objetivos del Acuerdo Climático de París, es crucial una velocidad de adaptación más rápida y profunda. Para 2030, la mayoría de los edificios de propiedad privada deben haber sido adaptados a los estándares de alta eficiencia energética, si las ciudades pretenden cumplir con sus objetivos climáticos", afirma Fernández-Cano.
La tierra ofrece recursos abundantes y renovables, como la roca, con un gran potencial para crear productos que ayuden a acelerar el progreso hacia un futuro más seguro, más sostenible y con menos emisiones de carbono. Durante 2017 ROCKWOOL midió el ahorro de energía y carbono de sus soluciones basadas en lana de roca y ha confirmado el importante papel de sus productos de construcción y aislamiento técnico frente al avance del cambio climático. A lo largo de toda su vida útil, los productos de aislamiento técnico ROCKWOOL ahorran miles de veces más energía y CO2 que el consumido o emitido a partir de la extracción, el transporte y la producción de sus materias primas.
Edificio Bolueta en Bilbao, el edificio Passivhaus más alto del mundo Aislado con lana de roca ROCKWOOL, el Edificio Bolueta es el edificio Passivhaus más alto del mundo: un edificio residencial de 28 plantas y 88 metros de altura, que alberga 171 viviendas y que ha sido certificado según el estándar Passivhaus, el más exigente del mercado en cuanto a eficiencia energética y premiado por el Instituto Alemán de Passivhaus. Este edificio es el primero de un total de siete bloques que va a albergar esta zona de Bilbao con 1.100 viviendas (608 para uso social y 492 de carácter libre).
Gracias a las soluciones utilizadas, los propietarios podrán prescindir en gran medida del uso de la calefacción. El edificio Bolueta contará con una demanda de calefacción inferior a 15kWh/m2a y una carga de calefacción menor de 10W/m2. La envolvente de ROCKWOOL contribuirá a mantener la temperatura interior constante durante todo el año, además de garantizar la seguridad de los inquilinos del edificio. Este proyecto supone un gran hito a nivel mundial, ya que se ha conseguido un edificio pasivo de consumo casi nulo.
La apuesta de ROCKWOOL por la sostenibilidad En cuanto a sus procesos internos, ROCKWOOL ha reducido las emisiones de CO2 por tonelada de lana de roca de sus fábricas en un 3,8% en comparación con 2015 a través de la implementación de medidas eficientes tales como la optimización de los compresores y la instalación de iluminación LED.
En materia de gestión de residuos, ROCKWOOL ha reducido un 4,1% los desechos en vertedero en comparación con los datos de 2015. Además, durante 2017 la compañía recuperó 120.000 toneladas de desperdicios de lana de roca, en línea con sus objetivos de recuperar residuos y sigue desarrollando acciones para introducir nuevos servicios de reciclaje durante este 2018.
Todos estos trabajos, junto con las inversiones aprobadas ayudarán a ROCKWOOL a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad para 2022 en los que se ha marcado reducir en un 10% tanto las emisiones actuales de CO2 como el consumo de agua de sus fábricas y seguir hasta llegar al 20% en 2030. Además, el reto de la compañía en materia medioambiental también pasa por reducir en un 40% los residuos que van al vertedero en 2022 y lograr el 85% en 2030. A su vez, pretende disminuir el consumo energético de sus instalaciones actuales que no han sido renovadas en un 35% para 2022 e incrementar la cifra en 2030 hasta el 75%.