Recientemente tuvo lugar en Madrid la II Jornada sobre Eficiencia Energética en Polígonos industriales, cuya temática giraba en torno a los sistemas y equipos para la eficiencia y el ahorro de energía en naves industriales y edificios del sector terciario. En ella, participaron distintas empresas del sector que, mediante una ponencia, daban a conocer sus experiencias y los temas más relevantes de la actualidad. Para la organización y promoción de la jornada se contó también con el apoyo de los ayuntamientos de la zona, la Cámara de Comercio y asociaciones locales.
Jordi Bolea, responsable de Relaciones Institucionales de
Rockwool Peninsular , fue uno de los ponentes de la jornada. Bajo el título "Mejora de la envolvente del edificio y su comportamiento al fuego", Bolea destacó la importancia de escoger, para cada proyecto, unos
materiales constructivos que, a la vez que aíslen térmicamente el edificio, lo protejan ante posibles incendios. Eficiencia, sí. Seguridad, también El aislamiento de los edificios se ha convertido, con el paso de los años, en un factor clave para el diseño de cualquier proyecto. Además de proteger el edificio térmicamente, y contribuir a crear un óptimo confort interior, es beneficioso para la eficiencia energética gracias a que evita el uso de energía derivada de la calefacción o del aire acondicionado.
En este sentido, la ponencia del responsable de
Rockwool iba dirigida a
concienciar sobre la seguridad de ciertos materiales para el aislamiento, sobre todo ahora que el nuevo Código Técnico de la Edificación hará aumentar el nivel de espesor de los mismos.
De hecho, según un estudio de Andimat, la Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes, se calcula que, dependiendo de la zona climática, este espesor se llegará a duplicar, incluso triplicar. En la zona de Madrid, por ejemplo, el grueso del aislamiento para las fachadas de edificios aumentará de los 4 cm exigidos a día de hoy hasta 12 cm, y en cubiertas pasará a ser de 8 cm a 15 cm.
Por ello, tal y como indica Jordi Bolea,
"es necesaria una buena elección de los materiales. Si aumenta el espesor, estaremos protegiendo más el edificio en cuanto a eficiencia, pero si estos materiales están fabricados con plástico o similares, también aumenta el riesgo en la carga de fuego del edificio" .
Con Rockwool, siempre protección contra el fuego Tal y como explicaba Jordi Bolea, no todos los materiales aislantes son adecuados. Hay aislantes que cumplen con los requisitos de ahorro energético, pero están fabricados con materiales combustibles, altamente peligrosos y tóxicos en caso de incendio, ya que contribuyen a la rápida propagación de fuego y humo.
Otros, en cambio,
"cumplen todas las propiedades de eficiencia energética y, además, son incombustibles, clasificados en la categoría Euroclase A1, que ni arden ni aumentan la propagación del fuego, lo que supone una gran ayuda en cuanto a protección" , comenta Jordi.
Este sistema europeo de clasificación de los materiales según su reacción al fuego, la Euroclase, diferencia entre 39 categorías, divididas en 7 principales niveles: A1, A2, B, C, D, E y F, siendo A1 la mejor clase y F para aquellos productos y materiales no clasificados.
Por ello, concluye Bolea,
"hay que apostar siempre por materiales de clase A, incombustibles, que aporten eficiencia energética, confort y seguridad. Los aislamientos Rockwool están fabricados con lana de roca basáltica, que resiste temperaturas de hasta 1.000°C, evitando la propagación del incendio y, por tanto, contribuyendo a salvaguardar las vidas de los inquilinos y sus objetos de valor" .