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Las casas bajas, sobre todo las que tienen jardín o terreno sin construir a su alrededor, son las más susceptibles de sufrir humedades por capilaridad, ya que el agua acumulada en la tierra puede penetrar en cimientos y paredes no aisladas. Agua que sube por los muros hasta alcanzar el interior de las paredes de las habitaciones, dejando a la vista los efectos de la humedad.

Sin embargo, no es sólo el perjuicio estético provocado por los problemas de humedad es lo que debe preocupar, aunque es el primer síntoma que llama la atención e indica la existencia de humedades, sino el daño que causan a largo plazo en la construcción. El debilitamiento de cimientos y muros, con el riesgo de inestabilidad que conlleva, el deterioro en las instalaciones eléctricas, con el peligro de incendio o electrocución, y el gasto adicional en calefacción son algunas de las consecuencias de la humedad.

Para paliar este problema, Murprotec utiliza tratamientos patentados y desarrollados en sus propios laboratorios de investigación, que aíslan las construcciones sin necesidad de grandes obras ni maquinaria pesada, a través de una barrera impermeable entre la tierra y la vivienda que frena definitivamente el paso de la humedad.

Recientemente, los profesionales de Murprotec han realizado el aislamiento de una casa antigua en Ejea de los Caballeros (Zaragoza). La vivienda sufría humedad por capilaridad desde hacía años y gracias al tratamiento de Murprotec la vivienda vuelve a lucir unas paredes como recién construidas.

Ana Núñez, directora de Murprotec en la zona norte y Aragón, alerta sobre los peligros de la presencia de humedad por capilaridad en el hogar, y recomienda "ponerle remedio en cuanto se detecten indicios de la existencia de humedades, para lo que es necesario el diagnóstico de profesionales como los de Murprotec, que localizan el origen del problema y eliminan la humedad de forma definitiva".