Los grandes proyectos de ingeniería deben contar con los mejores colaboradores y productos del mercado. Especialmente cuando son instalaciones científicas, y sobre todo cuando se trata de la instalación más precisa e importante del sur de Europa: el nuevo sincrotrón Alba, situado en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), junto al campus de la Universidad Autónoma del Vallés (UAB).
CIN (Corporação Industrial do Norte) , mediante su departamento Protective & Industrial Coatings (PIC) de
Barnices Valentine , junto con el equipo de ingenieros de la firma Master, de Ingeniería y Arquitectura, responsable del proyecto, ha colaborado en el diseño de los recubrimientos más idóneos para este moderno y gigante microscopio.
Barnices Valentine ha aportado productos específicos de las líneas de protección pasiva contra el fuego, anticorrosión y de recubrimientos para pavimentos. De esta manera garantiza la seguridad y el uso continuado de las instalaciones. Así, el recubrimiento intumescente C-Therm HB es un revestimiento de alto espesor que con la acción del calor, desarrolla una espuma aislante de muy baja conductividad térmica, con lo que protege el soporte de acero de la acción del fuego, por lo que fue aplicado en la cubierta metálica portante, en forma de concha, de éste singular edificio.
Para la protección anticorrosión se empleó un esmalte de poliuretano alifático de dos componentes, denominado Cromoglas indicado para la protección en ambientes industriales de alta resistencia química, elevada dureza y gran resistencia a la abrasión y al mismo tiempo con muy buena flexibilidad.
El hormigón en paredes y pavimentos fue tratado mediante la aplicación de resinas de epoxi de dos componentes denominado Epocrom, producto de grandes prestaciones, muy indicado para la protección de pavimentos sujetos a tráfico intenso, además de poseer una gran resistencia química, por lo que garantiza la protección y durabilidad de dichas instalaciones.
El sincrotrón Alba es la más moderna y compleja instalación científica del sur de Europa, con 30.000 m² y ha tenido una inversión de 200 millones de euros. Su diseño es el de un enorme anillo con aspecto de caracol, con un diámetro de 140 m y de 268 m de largo. En este círculo, mediante aceleradores de electrones, éstos se disparan a una velocidad cercana a la luz, emitiendo una radiación de rayos X, con la que se podrá visualizar el comportamiento de los átomos y las moléculas, así como el desarrollo de otras posibilidades científicas y técnicas.