La utilización del césped artificial en el golf cuenta con la opinión favorable de cada vez un mayor número de profesionales de la comunidad experta de este deporte, que ven en este material un medio para acercar esta disciplina a un mayor número de aficionados. Los expertos son conscientes de los beneficios medioambientales, económicos y de mantenimiento que aporta esta superficie. Pero además, gracias a instalaciones como el Pitch & Putt ubicado en el centro de Madrid, la superficie sintética ha demostrado también a los profesionales que puede igualar las sensaciones de juego de un campo natural.
Y no lo dice cualquiera. Hablamos de expertos, de sabios de la talla del mismísimo Pete Cowen, uno de los entrenadores de golf con más éxitos bajo el brazo de toda Europa, quien conoce dicho complejo madrileño construido por la firma OnlyGolf sobre un depósito del Canal de Isabel II. Cowen ha entrenado a numerosos ganadores del Tour de Europa y la Copa de las Estrellas como Lee Weestwood, Darren Clarke y Thomas Bjorn, sin olvidar al sueco Henrik Stenson. Pues bien, este preparador de campeones jugó en la instalación creada por la firma OnlyGolf -asociada al grupo
Poligras Ibérica - y dio su aprobación, sorprendiendo por la calidad de la superficie.
No es el único experto que ha bendecido el césped artificial de calidad. El Pitch & Putt madrileño ha proyectado una imagen muy positiva de este material y atesora unas excelentes críticas de los jugadores desde que fuera inaugurado hace casi dos años, no en vano, es el primero del mundo hecho totalmente en artificial. Además, ha cambiado la visión de algún escéptico, certificando que este producto es una excelente oportunidad para acercar el golf al gran público. Ya en su estreno, este complejo de ocio y deporte contó con el respaldo de los golfistas profesionales Carlos Balmaseda y Miguel Ángel Martín, que también ha dado unos golpes sobre su superficie sintética.
Por su parte, Dimitris Tsalidis, gerente de OnlyGolf, destaca que la superficie artificial permite hacer rentable la explotación de un campo o academia de golf,
"porque puede multiplicar por diez su rotación en relación al césped natural" . Además, apunta,
"se pueden desarrollar campos de golf con niveles de inversión bastante asequibles y comparables al presupuesto que requiere un campo de fútbol" .
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